
Decir “no” cuando algo no está alineado con tus necesidades o bienestar no es egoísmo: es amor propio. Aunque al inicio puede sentirse incómodo o generar culpa, aprender a establecer límites es una forma poderosa de cuidar tu salud mental y emocional.
Aquí te comparto algunos pasos para lograrlo:
- Practica la asertividad. Comunica tus límites con firmeza y respeto, sin ser agresiva ni sumisa.
- Reconoce tus propios límites. No puedes con todo, y está bien decirlo.
- Sé empática sin sacrificarte. Comprende a los demás, pero sin invalidarte a ti misma.
- Ofrece alternativas si lo crees necesario. Decir “no” también puede venir con propuestas que beneficien a ambas partes.
- Exprésalo de forma clara y directa. Al principio puede costar, pero con práctica se vuelve más natural.
- Decide a tiempo. Evita posponer respuestas que solo generan incomodidad o falsas expectativas.
- No te disculpes en exceso. Decir “no” con seguridad no necesita justificación excesiva.
✨ Recuerda: tú eres tu prioridad. No te sientas mal por poner límites. Tu paz comienza cuando aprendes a respetarte.