Hace poco escuché una frase que resonó profundamente en mí:
«Cuando todo se desordena, puede que estés despertando.»
Y es que muchas veces asociamos el desorden con caos, crisis o fracaso. Sin embargo, esta mirada nos invita a ver el desorden como una señal de transformación, una etapa necesaria para que algo nuevo florezca.

🌿 El desorden como signo de cambio

Los momentos de desorden suelen coincidir con etapas de transición. Cuando algo en nosotras cambia —un nuevo propósito, una revelación interior o una decisión importante— es natural que lo externo también se desacomode. Nuestras rutinas, relaciones o prioridades pueden desestabilizarse mientras buscamos un nuevo equilibrio.

💫 Despertar como transformación interna

El despertar no siempre llega con calma. A veces, se presenta como un sacudón que rompe viejas estructuras: cuestionamos nuestras creencias, nos sentimos incómodas en lugares que antes nos eran familiares, o perdemos el interés por lo que ya no vibra con nuestra esencia. Este desorden puede parecer confuso, pero en realidad es el inicio de un renacer.

🔮 El desorden como oportunidad

En lugar de resistirlo, podemos ver el desorden como una oportunidad sagrada para reorganizarnos. Es una invitación a soltar lo que ya no sirve, a redefinir nuestros valores, y a crear un nuevo orden más auténtico, más alineado con nuestro yo interior.

💜 En resumen:

Cuando todo parece estar fuera de lugar, tal vez no estés perdiéndote…
Tal vez estés despertando.

Confía en el proceso.
Abraza el desorden como parte de tu evolución.
Tú no te estás rompiendo, te estás transformando.