Tu cuerpo también necesita ternura
¿Alguna vez has pensado en lo importante que es brindarle ternura a tu cuerpo? Durante mucho tiempo creí que bastaba con repetirme frases bonitas o recibir halagos. Pero con el tiempo descubrí que la ternura va mucho más allá de las palabras: es un lenguaje que también se expresa con el cuerpo. Especialistas afirman que el contacto físico afectuoso —como un abrazo, una caricia o un masaje suave— activa el sistema nervioso parasimpático, ayudando a relajar el cuerpo, reducir el estrés y equilibrar las emociones. Además, este tipo de gestos favorece la liberación de oxitocina, la llamada “hormona del bienestar”, que mejora nuestro estado de ánimo y nos conecta con un sentimiento profundo de calma y seguridad. La ternura también fortalece el sistema inmunológico, ya que el bienestar emocional influye directamente en nuestra salud física. Nos permite relacionarnos mejor con nosotras mismas, reconocer nuestras necesidades y cultivar una conexión más compasiva con nuestro cuerpo. Practicar la ternura contigo misma es una forma de autocuidado. Escucha a tu cuerpo, obsérvalo sin juicio, abrázalo cuando lo necesite. Merece tu atención, tu cariño… y tu ternura.