¿Qué harías si no tuvieras miedo?

El miedo tiene muchas formas. A veces se presenta como una duda suave, otras veces como una barrera que parece inmensa. Pero sea como sea, el miedo está ahí, y es parte de nosotras. Nos protege, nos alerta… pero también puede detenernos. A lo largo de la vida, todas enfrentamos momentos de incertidumbre: cambios que no esperábamos, decisiones difíciles, retos emocionales. Aparecen entonces miedos que quizás no sabíamos que teníamos: miedo al fracaso, al rechazo, a perder lo que amamos, a no ser suficientes. Miedo al cambio, incluso si es para bien. La ciencia ha demostrado que el miedo nace en nuestro cerebro como una función natural, una alarma para protegernos del peligro. Y aunque eso nos muestra que sentir miedo es normal, también nos invita a reconocer cuándo el miedo nos limita, nos bloquea o nos aleja de nuestros sueños. Cuando decides mirar el miedo a los ojos, sin juzgarlo, sin huir, empiezas a transformarlo. Porque al comprenderlo, puedes empezar a cruzarlo. Especialistas en salud emocional coinciden: el primer paso para superarlo es identificar de dónde viene, y luego avanzar con suavidad, paso a paso, a pesar de él. No se trata de no tener miedo. Se trata de seguir adelante incluso con miedo, confiando en tu valor, reconociendo tu fuerza interior. Y si el miedo te desborda, recuerda: pedir ayuda también es valentía. Hoy, hazte esta pregunta:¿Qué harías si no tuvieras miedo? Quizás es hora de empezar a hacerlo…aunque sea con miedo.Porque sí puedes.Porque eres luz.Porque eres Lumina.